Sustos de la perimenopausia

por | Jun 8, 2023 | Hormonas


Los cambios mamarios fibroquísticos son una afección común que afecta a muchas mujeres durante sus años reproductivos. Sin embargo, estos cambios pueden volverse más pronunciados durante la perimenopausia, que es el período previo a la menopausia. 

Los cambios en los senos fibroquísticos son una afección benigna que ocurre cuando el tejido mamario se vuelve más denso y grumoso. Esto puede hacer que los senos se sientan sensibles, hinchados y dolorosos. 

Los síntomas de los cambios fibroquísticos en los senos durante la perimenopausia pueden variar de una mujer a otra. Algunas mujeres pueden experimentar molestias leves, mientras que otras pueden tener dolor intenso e hinchazón. Otros síntomas pueden incluir secreción del pezón, bultos en los senos y cambios en el tamaño o la forma de los senos. Estos síntomas pueden ser alarmantes, pero es importante recordar que los cambios fibroquísticos en los senos no son cancerosos.

La causa exacta aún está en debate, pero un factor importante que contribuye es el cambio hormonal, específicamente el estrógeno elevado sobre la progesterona. Esto es bastante común en la perimenopausia, ya que dejamos de ovular regularmente y nuestra capacidad para producir progesterona se reduce, dejándonos con un desequilibrio hormonal que es pesado en estrógeno.

La próxima hormona a considerar es la prolactina. La prolactina juega un papel clave en el crecimiento y desarrollo de nuestros senos y demasiada puede empeorar todos los síntomas relacionados con los senos. Si encuentras que tienes prolactina elevada, debes controlar tu función tiroidea. Al tratar de llegar a la causa de los síntomas de nuestros senos, es posible que debamos quitar muchas capas para descubrir la fuente. Muchos problemas de los senos pueden estar relacionados con la prolactina, la cual aumenta cuando la función de la tiroides se reduce.

Además de las hormonas, nuestros senos también pueden verse afectados por toxinas y un drenaje linfático deficiente. 

Como nuestros senos contienen tejido adiposo, otro nombre para el tejido graso, ellos son el punto de almacenamiento perfecto para todas nuestras toxinas ambientales solubles en grasa. Una señal clave de que hemos estado expuestas y estamos almacenando toxinas,  puede ser un tamaño de copa aumentado en la mediana edad. 

Es posible que hayas escuchado que estas toxinas se denominan xenoestrógenos u hormonas disruptoras endocrinas. Estas toxinas interfieren con las señales de nuestras hormonas naturales, ya sea bloqueando las hormonas o imitando las hormonas. Se encuentran en nuestro aire, agua, alimentos, productos de cuidado personal, productos de limpieza, plásticos, suministros de jardinería y más. Sí, están en todas partes, pero podemos reducir significativamente nuestra exposición y comenzar a desintoxicarnos nuestro cuerpo. 

La mejor manera de hacerlo es cambiar los alimentos convencionales por alimentos orgánicos, el agua del grifo por agua filtrada, dejar de usar perfumes, tirar los plásticos y cambiar los productos de cuidado personal por versiones libres de químicos.
Con respecto a la desintoxicación, aquí es donde entra en juego nuestro sistema linfático. Piensa en él como nuestro sistema de eliminación de basura. Nuestros senos y axilas están muy saturados de ganglios linfáticos. La hinchazón es un signo de mal drenaje linfático. En este caso, podemos beneficiarnos de un masaje de drenaje linfático. Hay profesionales de la salud que se especializan en esta forma de atención y también hay recursos que podemos buscar en Google para aprender una práctica de masaje mamario autolinfático.

¿Sabías que la dieta puede desempeñar un papel muy importante en la salud de nuestros senos?

Muchos estudios respaldan el vínculo entre el café y el dolor de senos. Los culpables son las metilxantinas y, lamentablemente, también se encuentran en el chocolate y los tés. La buena noticia es que la mayoría de las mujeres experimentan reducciones significativas en el dolor de senos cuando reducen significativamente el consumo de café.

El alcohol también es problemático. Los estudios de correlación han encontrado que las mujeres que consumen alcohol regularmente tienen un mayor riesgo de experimentar dolor en los senos. (Las fumadoras de cigarrillos también tienen una mayor incidencia de dolor en los senos).

En el lado positivo: se ha descubierto que estos alimentos son útiles: 

  • Semillas de lino recién molidas y espolvoreadas sobre los alimentos (2 cucharadas diarias) 
  • Verduras crucíferas, especialmente brócoli, la familia allium, especialmente ajo y cebolla.

Minerales al rescate

Yodo

Se cree que la deficiencia de yodo interrumpe el ciclo de vida natural de las células mamarias, promoviendo la hinchazón, pesadez y sensibilidad de los senos. Una nota interesante es que los senos contienen la segunda concentración más alta de yodo en el cuerpo después de la tiroides. 

Kessler, en su estudio de 2004 sobre el yodo y los síntomas fibroquísticos de las mamas, descubrió que las dosis altas de yodo eran más eficaces que las dosis bajas de yodo o el placebo para reducir el dolor y la incomodidad de las mamas. (No te auto recetes yodo en dosis altas. Primero debes descartar la presencia de anticuerpos tiroideos antes de comenzar el tratamiento, ya que el yodo puede promover el aumento de estos anticuerpos. Trabaja con un médico si tienes dolor en los senos y tiroiditis autoinmune.)

Zinc

El zinc tiene un papel que desempeñar en todos los aspectos de la producción, el almacenamiento, la liberación y la acción de la prolactina. 

Vitamina E

La vitamina E reduce la producción de prostaglandinas que producen dolor y es uno de los nutrientes más populares a considerar para reducir el dolor de senos. También puede ayudar a mantener los niveles de progesterona.

Selenio

Los estudios de correlación han encontrado que las mujeres con niveles bajos de selenio tienen un mayor riesgo de desarrollar cambios fibroquísticos en los senos que las mujeres con niveles normales de selenio en la sangre.

Vitaminas B

La familia de la vitamina B puede ayudar a reducir y desintoxicar el exceso de estrógeno. B6 ayuda específicamente a suprimir el aumento de los niveles de prolactina mientras ayuda a equilibrar otras hormonas reproductivas como el estrógeno y la progesterona.

Magnesio

El magnesio ayuda a conservar la progesterona y favorece la descomposición del exceso de estrógeno.

Hay tantos otros nutrientes, aceites y hierbas que pueden ayudar. El mensaje clave es que el alivio está disponible. Es posible que desees comenzar probando algunos de los cambios en la dieta o el estilo de vida y consideres pedir una consulta con un especialista para personalizar un plan de tratamiento para ti y así acelerar tus resultados.

Gaby